Hoy vi un alevín en la pileta. Dos. Tres. Tres alevines marrones que se confunden con el color del fondo, pero ahora nadan cerca de la superficie. Cuatro. Uno rojo. He contado al menos diez peces de los más grandes. Esta primavera no murió ninguno. A veces, cuando llueve, se corre el riesgo de que se rebase. Tengo siempre miedo de que los peces escurran con el agua por el jardín. Incluso en los sueños que son pesadillas. Sueño con los peces que caen fuera del agua, con Rex que corre por lugares abiertos, con el Land Rover que viaja. Sueño.
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Un jardín en La Boca
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